Monday, July 28, 2014

Collective Soul lleva a una colectividad a través de una odisea rockera en un concierto regalado



(Nota aclaratoria: Sé que este blog está destinado para hablar nada más de temas de cine, pero después de mucha consideración decidí que por esta ocasión, deseo compartirles una crónica sobre un concierto de rock que disfruté mucho. Espero por ahora me lo permitan y que disfruten de este post no-cinéfilo). 

Por Igmar P. / Café Cinéfilo
  
El conjunto estadounidense de rock Collective Soul llevó por un viaje cargado de rock, de grunge y de nostalgia musical noventera, a la notable multitud de almas que acudieron al Socorro Entertainment Center, el sábado 26 de julio, en un concierto gratuito en el cual la actuación del grupo y la constante participación de los asistentes dio a luz a una colectividad que dejó a público y banda con ansias de repetir el suceso lo antes posible.
“Cuando nuestro nuevo álbum sea lanzado el próximo año voy a estar muy decepcionado si no nos invitan de nuevo a este lugar para darlo a conocer, eh”, dijo con una sonrisa el vocalista de Collective Soul, Ed Roland, en un momento candente del concierto, cuando los presentes no dejaban de vitorear a la banda rockera que actualmente reside en Atlanta, Georgia. 
Y es que por espacio de casi dos horas Collective Soul se entregó por completo a la labor de prender al público con los temas que los han consagrado como una de las bandas más representativas del rock contemporáneo, en especial por su música que no se conforma con permanecer en un sólo género y que igual muestra atisbos de “grunge” como de “hard rock” en el grueso de su repertorio de melodías.
En el antes mencionado centro de entretenimiento ubicado en Socorro, Texas (Estados Unidos), Collective Soul hizo su entrada triunfal sin mayores aspavientos, como si se tratara de un grupo modesto que va a tocar en alguna fiesta, gracias en parte al recinto que tiene la cualidad de ofrecer a los conciertos de los artistas un toque personal y casi privado, como si fuera nada más para un selecto grupo de personas, lo cual no fue el caso del evento del sábado, dado el impresionante número de asistentes que allí se registró.     
Fue a las 9:05 p.m., cuando de manera individual fueron entrando al escenario el guitarrista principal de la banda Jesse Triplett (una reciente adquisición del grupo), seguido por el bajista y uno de sus integrantes originales Will Turpin; le siguieron el baterista Johnny Rabb (nuevo elemento también), el guitarrista Dean Roland, hermano del líder y vocalista Ed Roland, quien fue el último en pisar el entarimado.
El constante cambio de guitarrista principal en la alineación de Collective Soul, de Ross Childress a Joel Kosche y ahora a Jesse Triplett, no es algo que haya afectado a la música de ellos, toda vez que el nuevo guitarrista de inmediato demostró su talento en las cuerdas con temas como “Heavy”, la tercer melodía de la velada, la cual empezó a sentar la nostalgia “grungera” de la noche.
Previo a que el grupo entrara en materia con los temas tan conocidos y solicitados de su repertorio, Collective Soul ofreció una probada del que será el nuevo álbum del grupo, el cual será lanzado en el 2015, según reveló Ed Roland, y que será el noveno disco de estudio que graban, desde el 2009 que lanzaron al mercado aquel disco con un conejo en su portada que simplemente se llamó “Collective Soul” (como también se llamó el de 1995, el segundo del grupo después de “Hints, Allegations and Things Left Unsaid”, su debut).
“Gracias por invitarnos a la fiesta y gracias por su paciencia con estos dos temas que son de nuestro nuevo álbum que vamos a sacar el año que entra”, dijo Ed Roland, momentos antes de despojarse de un saco para, añadió después, “ponerse más cómodo”, con pantalón de mezclilla y camiseta, como el resto de los integrantes.
Fue entonces que los asistentes emprendieron el viaje musical con joyas musicales de la banda tales como “Precious Declaration”, “December”, “Gel”, “Better Now”, “Compliment” y “Reunion”, ésta última una de tantas de la velada con las que Ed Roland hizo gala de sus predilección por tocar partes de las melodías con su guitarra acústica.
Los momentos culminantes del concierto fueron sin duda aquellos en los que el grupo interpretó sus consagrados éxitos como “The World I Know”, la cual fue coreada por todo el recinto, y “Shine”, el inolvidable primer sencillo triunfal de la banda.
“Where the River Flows” no dejó que el ánimo en el recinto decayera ni por un segundo. Después, la interpretación de “Hollywood” fue otro instante culminante del evento, ya que fue cuando el baterista Johnny Rabb aprovechó para ofrecer un impresionante solo de batería que prendió a los asistentes aún más.
Todavía en el inter de “Hollywood”, el grupo aprovechó para hacer de nuevo que el público coreara una parte de “Let My Love Open the Door”, de Pete Townshend, de la legendaria banda de rock “The Who”.
Un momento sin duda memorable en cuanto a conciertos se refiere, se dio cuando en medio de la interpretación de un tema nuevo, Ed Roland sorprendió a los asistentes tocando su guitarra acústica, abajo del escenario y en medio el público, en lo que fue un momento que los presentes aprovecharon para tomarse fotos con sus teléfonos con el vocalista, una instantánea para atesorar por días venideros.
Pero como todo lo bueno tiene qué terminar, el concierto llegó a su fin con otra de las solicitadas baladas de la banda, como lo es “Run”, con la cual todos los integrantes se fueron despidiendo de la misma forma en la que entraron, hasta quedar nada más Ed Roland con su guitarra acústica cantando y el público coreando, aún cuando el entarimado ya lucía desértico, más la melodía todavía se escuchaba en el lugar, como un fantasma que se rehúsa a irse.
A manera de epílogo, Ed Roland regresó al escenario y como regalo para los asistentes, en especial para algunos que él señaló de la parte más cercana al entarimado, ofreció una interpretación muy acústica, él a solas con su guitarra, de “Adored”, no sin antes revelar que era la primera vez que él hacía algo como eso en un concierto.