Título: Los Descendientes (The Descendants)
Dirección: Alexander Payne
Guión: Alexander Payne, Nat Faxon, Jim Rash y Jim Taylor, basado en la novela “Los Descendientes”, de Kaui Hart Hemmings
País: Estados Unidos
Año: 2011
Género: Drama
Elenco: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Nick Krause, Beau Bridges y Robert Forster
Clasificación: Para mayores de 13 años de edad
Duración: 2 horas
Por Igmar P. / Café Cinéfilo
La sinopsis. Un padre de familia que vive en Hawái y que no se lleva muy bien con sus hijas, se ve de pronto abrumado por la vida misma, al ser forzado a resolver sus conflictos familiares y a tomar una importante decisión de negocios, todo ello al mismo tiempo que enfrenta la delicada situación de su esposa, quien ha quedado en coma tras una accidente, en la película "Los Descendientes" (“The Descendants”, 2011).
Ésta es la más reciente película del director Alexander Payne, quien dirigió las comedias dramáticas “Las Confesiones del Sr. Schmidt” (“About Schmidt”, 2002) y “Entre Copas” (“Sideways”, 2004). Su guión está basado en el libro “Los Descendientes”, de Kaui Hart Hemmings.
Póster en español de "The Descendants" |
Matt King (George Clooney) es un abogado de bienes raíces que vive en la paradisiaca ciudad de Oahu, en Hawái, en donde tiene su hogar, está casado y es padre de una joven de 17 años de edad que es algo rebelde, llamada Alexandra (Shailene Woodley), así como de una precoz niña llamada Scottie (Amara Miller), de 10 años de edad.
Matt King tiene una vida bastante satisfactoria y se jacta de estar conforme con lo que tiene, aún cuando su posición económica le permitiría tener mucho más. En uno de los mejores diálogos de la película, mientras Matt narra sus antecedentes, él comenta que procura no malcriar a sus hijas dándoles todo lo que ellas pidan, por el contrario les “da lo suficiente para que quieran hacer algo y no demasiado para que no quieran hacer nada”.
Lo que quizá Matt descuidó en darles a sus hijas fue la suficiente paternidad y atención para poder conectar con ellas de mejor manera, cuando la familia de pronto se ve confrontada con una tragedia: Su esposa Elizabeth (Patricia Hastie), quien es mamá de las hijas de Matt, ha quedado en coma tras haberse golpeado la cabeza en un accidente en una lancha.
Luego de que transcurren semanas en el hospital la situación de Elizabeth no mejora, por el contrario empeora con cada día que pasa. El pronóstico no es nada positivo y los doctores le aseguran a Matt que cada vez más se acerca el momento en que él tendrá que tomar la difícil decisión de que la desconecten de los aparatos que le dan a ella vida artificial, honrando a su vez los deseos que su esposa anteriormente había especificado en caso de quedar en ese estado.
Por si fuera poco, esa tragedia aparece en la vida de Matt cuando él está por tomar una muy importante decisión de negocios, que involucra el vender o no una vasta extensión de tierra que él y varios de sus primos poseen, en una de las partes más hermosas de la isla.
Aún cuando el propio Matt se considera a sí mismo, en lo referente a sus hijas, como “el padre de familia de respaldo”, él decide empezar a pasar más tiempo con ellas que en la oficina durante esta difícil situación, a fin de prepararlas para soportar el inevitable deceso de su madre.
En un inicio Matt tiene problemas para que su hija Scottie le haga caso, quien a raíz de la hospitalización de su madre se ha vuelto algo desobediente en la escuela y grosera con sus compañeras. Pero con quien Matt tiene más problemas para reconectar es con su hija adolescente Alex, quien sostuvo una fuerte discusión con Elizabeth antes de que a ella le pasara el accidente y que incluso tal discusión ocasionó que ambas se dejaran de hablar.
Sin embargo, Matt no sabe que el motivo por el cual madre e hija pelearon, será una inesperada revelación que hará incluso más difícil la situación de dejar morir a su esposa y que cambiará de manera significativa la vida tanto de él como la de su familia.
La crítica.
Con “The Descendants”, Alexander Payne de nueva cuenta logró una película de inmensurable valor humano, al mismo nivel de calidad de “Las Confesiones del Sr. Schmidt” y “Entre Copas”.
En “The Descendants”, Payne emplea de manera ingeniosa el paisaje paradisiaco de Hawái como panorama de fondo, en el cual el drama de se desenvuelve con equitativas dosis de lágrimas y de risas, por lo que logra conmover y divertir al mismo tiempo.
Póster en inglés de "Los Descendientes" |
Lo anterior se debe en gran parte a la forma en que estos personajes viven su vida. Es precisamente esta forma de vivir en la isla, la cual inevitablemente se atraviesa en las situaciones que de otra forma, por su seriedad caerían en el melodrama.
Como ejemplo de lo anterior cabe considerar una de las mejores escenas del filme, cuando Matt se entera de un doloroso secreto de su esposa, algo que ella hizo antes de que le ocurriera el accidente y que es la razón por la que ella y su hija discutieron y se dejaron de hablar.
Al enterarse de tal secreto, Matt sale corriendo de su casa rumbo al hogar de unos amigos de ella, la cual se encuentra cuesta abajo en la misma calle, para corroborar la dolorosa información que acaba de recibir.
Debido a que Matt en ese momento calza unas sandalias (que es el calzado que la mayoría de los personajes utilizan la mayor parte del tiempo en el filme), con dificultad apenas si logra correr mientras las suelas de las sandalias hacen un ruido escandaloso todo el camino. Visiblemente enfadado e indignado, Matt baja corriendo por la calle con notable dificultad, lo cual le ofrece cierta comicidad a una situación bastante seria.
El elenco es otro acierto de la cinta, ya que logran enriquecer la trama del filme y con ello hacerlo más interesante. Shailene Woodley hace un excelente trabajo como Alex, primero se muestra como la típica joven rebelde, que gusta escaparse a escondidas de su dormitorio en su preparatoria particular, para embriagarse con sus amigas. Al inicio parece que es ella con quien Matt más va a tener problemas al sobrellevar esta situación, pero como el resto de los personajes de la cinta, ella pasa por una obligada transformación en el desarrollo de la historia.
Cuando Matt decide hacer un viaje a otra de las islas en Hawái, para seguir en su misión de informarles a parientes y amigos cercanos de Elizabeth que ella está por fallecer, el vínculo familiar entre padre e hijas se vuelve incluso más estrecho y Alex decide tomar el papel de compañero de batalla para Matt y ayudarlo a sobrellevar esta situación.
Aunque el viaje ocupa poco espacio en la cinta no por ello es menos significativo (o revelador) que el viaje que emprendieron Miles (Paul Giamati) y Jack (Thomas Haden Church) en “Entre Copas” o Warren Schmidt (Jack Nicholson) en “Las Confesiones del Señor Schmidt”, ya que un par de sorpresas le esperan a Matt y a sus hijas en el breve viaje que emprenden juntos.
Por último está George Clooney, quien hace un excelente trabajo al interpretar a Matt King. Cómo olvidar la perspicacia y astucia que él mismo ofreció con su papel de Danny Ocean o su fría y calculadora persona que él aportó a “Michael Clayton”, así como el experimentado espía con conciencia Bob Barnes de “Syriana”.
Sin embargo, pareciera que es otro actor el que encarnó a los antes mencionados personajes, ya que ahora con Matt King muestra un personaje todavía más humano, con fallas y un buen corazón al mismo tiempo, que sabe tomar una decisión de negocios que toma por sorpresa a sus primos, pero que no sabe qué hacer cuando al estar viendo la televisión, la niña Scottie revela que una de sus amiguitas ve películas pornográficas cuando sus padres no están en casa.
“Por eso te fui a buscar”, le clama Matt (Clooney) a su hija Alex (Woodley). “Para que me ayudes con (Scottie), yo no sé qué hacer para que me obedezca”, agrega.
El elemento humano en este filme, la dirección excelente de Alexander Payne, así como actuaciones magistrales de un elenco seleccionado de manera más que acertada, hacen de “Los Descendientes” una de las mejores películas del 2011.
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