Monday, December 15, 2014

Birdman: Levantar el vuelo o estrellarse de una buena vez


Por Igmar P. / Café Cinéfilo

La sinopsis
Un actor que vivió su momento máximo de gloria al interpretar a un popular superhéroe en el cine, pero que al dejar a ese personaje cayó en el olvido del público, hace un desesperado intento por revivir su carrera actoral con una ambiciosa obra de teatro en Broadway, con la cual espera recuperar su perdido estatus de celebridad, pero sólo si los inesperados contratiempos del montaje no acaban por hundirlo, en “Birdman, o la Inesperada Virtud de la Ignorancia”.
Póster en español de 'Birdman'
Riggan Thomson (Michael Keaton) es un actor de cine que alguna vez alcanzó el estatus de celebridad de Hollywood, gracias a que interpretó a un popular superhéroe llamado “Birdman”, en tres consecutivas películas de acción y aventuras que se convirtieron en éxitos en la taquilla.
Pero luego de que Riggan, interesado en ser tomado más como un actor serio, decidió ya no personificar más al emplumado justiciero en una cuarta película y en su lugar optó por actuar en papeles dramáticos más realistas, su popularidad se vino abajo en picada.
Ahora Riggan Thomson es de esos actores que ya hacen en el olvido, que las personas solo recuerdan si se les menciona que alguna vez fue el tan amado “hombre-pájaro” de la pantalla grande.
En el aspecto personal no todo ha funcionado tan bien como Riggan quisiera; su matrimonio fue un fracaso; su joven hija Sam (Emma Stone) discute a menudo con Riggan y no se tienta el corazón para recalcarle con enfado que como actor la gente simplemente ya no se interesa en lo más mínimo en él.
Pero Riggan planea cambiar todo eso y revivir su desangelada carrera actoral (y de paso recuperar el timón de su propia vida), con una ambiciosa puesta en escena, una adaptación de un cuento del venerado escritor Raymond Carver, llamado “Lo que platicamos cuando platicamos sobre el amor”, dirigida y actuada por él mismo, y la cual será presentada en un prestigioso teatro en Broadway, en Nueva York.
Acechado por arrepentimientos y atormentado en su mente por la voz del superhéroe que él mismo dio vida en el cine, quien le recuerda a cada instante el actor fracasado en el que se ha convertido, Riggan lucha por afinar los últimos detalles de su obra teatral, a escasos días de su estreno.
Tras verse obligado a conseguir un remplazo de último minuto para su protagónico, con un actor llamado Mike (Edward Norton), quien es aclamado por los críticos pero también problemático para trabajar, entre otros inesperados contratiempos que se le empiezan a presentar, Riggan se ve a él mismo cada vez más al borde del precipicio, por lo que solo si su obra resulta ser un éxito podrá alzarse al vuelo de nuevo o de lo contrario terminará por caer por completo en el abismo.

La crítica
“Birdman, o la Inesperada Virtud de la Ignorancia” es la cuarta película del director mexicano Alejandro González Iñárritu, el realizador que dirigió los aclamados filmes “Amores Perros”, “21 Gramos”, “Babel” y “Biutiful”, los cuales han recibido varios premios internacionales de cine.
Si bien el humor de sus cuatro filmes anteriores es lúgubre, dramático y en momentos casi raya en la tragedia, ahora con “Birdman”, Alejandro González Iñárritu nos ofrece un refrescante cambio en el tono de su cine, al entregarnos una comedia sarcástica, una con la cual el espectador disfruta gozoso con cada conflicto por el que pasa su protagonista, mientras que al mismo tiempo, se anhela que de una u otra manera salga airoso.   
Desde las primeras escenas de “Birdman”, Iñárritu atrapa la atención del espectador, al mostrarnos a Riggan Thomson en su camerino en el teatro, en la tradicional postura de meditación pero, ¿flotando en el aire? Al mismo tiempo, tal efecto es mostrado de manera tan sutil, y a su vez, los pensamientos que escuchamos en narración de Thomson en ese momento, hacen posible que uno no se detenga demasiado en ese detalle surrealista.
El flotar en el aire mientras medita es uno de tantos detalles al parecer “sobrenaturales”, como mover cosas con tan solo el poder de su mente, que vemos a Riggan efectuar en el transcurso de la película, una habilidad como la que mostraría cualquier otro superhéroe.
No obstante, González Iñárritu maneja esa “hablidad”, como un chiste que es explicado más adelante en el filme y que ayuda al espectador a adentrarse más en la psicología de Riggan Thomson, un actor cuyo ego es tan inmenso, que por estar más preocupado por lo que se publicaba de él, llegó a descuidar los aspectos más importantes de su vida.
Pero no todo es reflexiones de la vida y lo que hacemos o no hacemos o dejamos de hacer, no, “Birdman” es más que eso; es el medio que encuentra González Iñárritu para ofrecernos su visión muy particular y en varios momentos ácida, de los actores y del escenario teatral en Nueva York.
Para escribir el guión y concebir esta visión acerca del ámbito teatral, González Iñárritu se alió con los guionistas argentinos Nicolas Giacobone y Armando Bo, así como el dramaturgo neoyorquino Alexander Dinelaris Jr., y con ello Iñárritu deja en claro que lo que él busca es mostrar interesantes historias de cine y conseguirlas donde sea que estén, y no quedarse con un solo guionista en particular o con un solo tipo de historias. 
Póster en inglés de 'Birdman'
González Iñárritu es un director de cine que sabe sacar provecho de sus actores, como se puede percibir en su anterior película “21 Gramos”, que triunfa más por lo poderoso de las actuaciones de sus estrellas Naomi Watts, Benicio Del Toro y Sean Penn, que por la historia de la cinta, la cual en realidad es débil sin ellos.
Eso no pasa en “Birdman”, ya que su historia es bastante sólida, pero además, Iñárritu le saca jugo a todo su elenco, empezando por Michael Keaton, sin duda una de las mejores actuaciones de su carrera. También a Edward Norton, quien sorprende desde su primera aparición, cuando ensaya unas líneas del libreto de la obra teatral con Riggan. Emma Stone también brilla como la hija resentida de Riggan; en una escena en la que ella discute fuertemente con él, impacta y en otra en la que tiene una conversación de corazón a corazón con él, conmueve.   
Conforme vemos a Riggan interactuar con los otros actores, ensayar en el escenario, discutir con su agente Jake (un excelente Zach Galifianakis), sobre conseguir tal o cual actor, escuchamos en el fondo una música de estilo jazz muy percusiva a cargo de Antonio Sánchez, que establece a la perfección el ritmo del filme, mientras la cámara sigue a Riggan de un camerino a los pasillos, a la puerta que da al exterior del Saint James Theater en Times Square a fumarse un cigarro, de regreso al interior, a las escaleras, al escenario, etcétera, todo al ritmo de los tambores que en momentos nos hacen desatender el paso del tiempo.  
El excelente trabajo de edición es otro detalle que nos hace olvidar el paso del tiempo, ya que las escenas de “Birdman” avanzan entre suaves desplazamientos de cámara que parecen no tener cortes y que dan la sensación de que toda la película se filmó en una sola toma.
La cinematografía a cargo de Emmanuel Lubezki es magistral; de entrada nos muestra el interior del edificio teatral (en donde se desarrolla la mayor parte de la película), como si fuera una caverna con varios recintos, donde se llevan a cabo acciones que el público jamás conocerá, como si se ocultara un submundo detrás de lo que se ve en el escenario y que a su vez, es solo en el escenario con su luz principal, donde se encuentra la esperanzadora salida de esa cueva.
Con este su cuarto largometraje, Alejandro González Iñárritu no solo reinventa su cine, sino que además esta cinta aparece de manera bastante oportuna en un momento en el cine internacional en el que se realizan cada vez más mega producciones cinematográficas sobre superhéroes (al momento de esta crítica están próximas a estrenarse una secuela a “Los Vengadores”, así como una película de “Superman contra Batman”, entre otras) y utiliza este hecho como fondo para hacer incluso más cómico el humor sarcástico inherente en “Birdman”.
Hay una escena en particular excelente e ingeniosa en “Birdman”, en la que Riggan, mientras camina por las calles de Nueva York, de regreso al teatro, seguido muy de cerca por su visión mental del héroe emplumado que no termina de atacarlo con insultos, se detiene y de la nada aparece en lo alto un monstruoso y gigantesco pájaro robótico, destruyendo edificios a diestra y siniestra y mientras Riggan le lanza rayos con sus manos.
Es como si una película del tipo de “Transformers” o “Los Vengadores”, de pronto se colara de manera muy metiche y repentina en nuestra película “seria”. Al mismo tiempo escuchamos la voz de “Birdman”, que le dice a Riggan: “¡Esto es de lo que estoy hablando, ésto es lo que queremos! ¡No aquella basura parlanchina y aburrida!”, refiriéndose desde luego a la obra teatral que Riggan quiere montar.
El ingenio de González Iñárritu de mostrar toda esta escena como un chiste y a la vez como una escena climática dentro del filme, me hizo reírme por un lado de mí mismo como espectador  (porque en el fondo recordé cuánto disfrute por ejemplo de “Los Vengadores” o de los filmes de “The X-Men”), y también sonreír por lo acertado que está González Iñárritu en decir que las masas cinéfilas de hoy en día prefieren más explosiones y acción en la pantalla grande, que dramas que nos empujen a conocernos más como seres humanos.    

Calificación: ****

Reparto principal y ficha técnica
Título: “Birdman, o la inesperada virtud de la Ignorancia” (“Birdman, or the Unexpected Virtue of Ignorance”)
Dirección: Alejandro González Iñárritu
Guión: Alejandro González Iñárritu, Nicolas Giacobone, Armando Bo y Alexander Dinelaris Jr.,
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Comedia / Drama 
Elenco: Michael Keaton, Zach Galifianakis, Emma Stone, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan y Edward Norton
Clasificación: Para mayores de 18 años de edad
Duración: 2 horas
Otro póster en inglés de 'Birdman'

Friday, October 31, 2014

La historia de 'Annabelle', el conducto para un conjuro aterrador

Por Igmar P. / Café Cinéfilo

La Sinopsis.
Un joven matrimonio en espera de la llegada de su primer hijo son acechados por extrañas fuerzas paranormales que están relacionadas con una misteriosa muñeca antigua, en “Annabelle”, precuela de la película de terror “El Conjuro”, inspirada en hechos verídicos.


Póster en español de 'Annabelle'
Mia (Annabelle Wallis) y John Gordon (Ward Horton), una joven pareja que reside en Santa Mónica, California, esperan con anhelo el nacimiento de su primogénito, mientras que John, un médico, continúa con sus estudios profesionales.
En su hogar ubicado en un suburbio tranquilo, todo parece avanzar en la normalidad. Mia y John tienen de vecinos al matrimonio de Pete (Brian Howe) y Sharon Higgins (Kerry O'Malley), cuya hija Annabelle, siendo ya una joven, los abandonó un par de años atrás.
John le regala a Mia una muñeca antigua de porcelana con vestido de novia, la cual ella anhelaba tener desde hacía mucho tiempo. Feliz por su regalo, Mia coloca a la muñeca en la habitación destinada para el hijo que esperan, y el cual está decorado con varias muñecas y juguetes.
Una noche, Mia y John son despertados en la madrugada por un disturbio que ocurre en la casa de al lado, donde viven los Higgins. Resulta que ellos son brutalmente asesinados por su hija Annabelle y su novio, miembros de un culto satánico, quienes luego se pasan a la casa de Mia y John y los atacan.
Mia y John sobreviven de milagro el ataque, pero Annabelle, quien es mortalmente herida cuando los policías irrumpen en la casa de los Gordon, se desangra en la muñeca que John le acababa de regalar a Mia.
Después de ese horrible incidente, Mia y John se mudan a vivir a Pasadena, en un apartamento en donde empiezan a manifestarse extraños sucesos relacionados a la muñeca que John le regaló a Mia.
Luego de otro incidente misterioso, uno que pone en peligro la vida de Mia, ella por fortuna da a luz sano y salvo al bebé del matrimonio.
Pero al poco o tiempo Mia empieza a ver extrañas visiones relacionadas con la muñeca, sucesos inexplicables ocurren en su hogar y una oscura presencia malévola comienza a amenazar al bebé de los Gordon.  

La crítica.
Dirigida por John R. Leonetti, el director de fotografía de “El Conjuro” (“The Conjuring”), así como de “La Noche del Demonio” (“Insidious”), “Annabelle” aunque no es una película de terror tan buena como las otras mencionadas, sí cumple con su objetivo de asustar de manera efectiva al espectador y en ser un cuento de horror aceptable, con el cual pueden entretenerse los fans que sin duda esperan con anhelo “El Conjuro 2”, contemplado para el 2016.
Lo que primero salta a la vista de esta precuela a la excelente “El Conjuro”, son las evidentes referencias a “El Bebé de Rosemary” (“Rosemary's Baby”, 1968), de Roman Polanski, con todo y la oscura carriola de aquel magnífico filme, el cual aparece en una aterradora escena ahora en “Annabelle”.
No obstante, lo que salva a esta precuela, es que el director Leonetti, y el guionista Gary Dauberman tratan a “Annabelle” desde un principio como una buena “película de palomitas”, en el sentido de que está repleta de referencias a otras películas de terror, pero el ritmo de la historia no decae. De inmediato entra en materia, todo pasa rápido y los sustos se van apilando hasta el climático desenlace.
El director Leonetti no pierde mucho tiempo en querer adentrarnos en la psicología de los Gordon, no, no es necesario para este filme; en su lugar nos muestra al joven matrimonio como una pareja aburridamente normal, y tan rosa como sacada de un cartel publicitario de un recién inaugurado fraccionamiento residencial, para pasar a lo que uno quiere ver, a la muñeca y a las cosas extrañas.
Póster en inglés de 'Annabelle'
Un detalle que me gustó de “Annabelle” es el hecho de que abundan las tomas en las que la cámara vigila a la muñeca, mientras que el espectador anticipa que en cualquier momento o parpadee por si sola o mueva su cabeza... lo cual nunca ocurre; lo que sí pasan son otras cosas que asustan, alrededor de la muñeca.
Otro acierto de Leonetti es que logra crear suspenso hasta con una máquina de coser. Todas las escenas en las que Mia esta cosiendo, la amenaza de que un dedo se le llegue atorar en la aguja del aparato parece rondar en el aire.
Cuando se presentan la escenas donde empiezan a pasar los sucesos extraños ya sabemos que vienen los sustos, sin embargo, igual resultan ser efectivos y mucho del éxito se debe a la fotografía, de ahí la experiencia de Leonetti como cinematógrafo que sabe cómo utilizar la iluminación de manera acertada en un filme de horror, así como dejar que las cosas que asustan (como por ejemplo cuando la muñeca se transforma en una niña), permanecer varios segundos estáticos, para que el espectador las aprecie bien y en eso ¡el susto!  
Por último, para deleite de los fans de “El Conjuro”, una extraña y aterradora presencia se muestra en “Annabelle”, de una manera que nos hace recordar al espeluznante demonio de tonalidad carmesí de “Insidious”.

Calificación: **1/2


Reparto principal y ficha técnica

Título: “Annabelle”
Dirección: John R. Leonetti
Guión: Gary Dauberman
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Horror
Elenco: Annabelle Wallis, Ward Horton, Tony Amendola, Eric Ladin y Alfre Woodard  
Clasificación: 'C' (para mayores de 17 años de edad)
Duración: 1 hora con 39 minutos

Monday, July 28, 2014

Collective Soul lleva a una colectividad a través de una odisea rockera en un concierto regalado



(Nota aclaratoria: Sé que este blog está destinado para hablar nada más de temas de cine, pero después de mucha consideración decidí que por esta ocasión, deseo compartirles una crónica sobre un concierto de rock que disfruté mucho. Espero por ahora me lo permitan y que disfruten de este post no-cinéfilo). 

Por Igmar P. / Café Cinéfilo
  
El conjunto estadounidense de rock Collective Soul llevó por un viaje cargado de rock, de grunge y de nostalgia musical noventera, a la notable multitud de almas que acudieron al Socorro Entertainment Center, el sábado 26 de julio, en un concierto gratuito en el cual la actuación del grupo y la constante participación de los asistentes dio a luz a una colectividad que dejó a público y banda con ansias de repetir el suceso lo antes posible.
“Cuando nuestro nuevo álbum sea lanzado el próximo año voy a estar muy decepcionado si no nos invitan de nuevo a este lugar para darlo a conocer, eh”, dijo con una sonrisa el vocalista de Collective Soul, Ed Roland, en un momento candente del concierto, cuando los presentes no dejaban de vitorear a la banda rockera que actualmente reside en Atlanta, Georgia. 
Y es que por espacio de casi dos horas Collective Soul se entregó por completo a la labor de prender al público con los temas que los han consagrado como una de las bandas más representativas del rock contemporáneo, en especial por su música que no se conforma con permanecer en un sólo género y que igual muestra atisbos de “grunge” como de “hard rock” en el grueso de su repertorio de melodías.
En el antes mencionado centro de entretenimiento ubicado en Socorro, Texas (Estados Unidos), Collective Soul hizo su entrada triunfal sin mayores aspavientos, como si se tratara de un grupo modesto que va a tocar en alguna fiesta, gracias en parte al recinto que tiene la cualidad de ofrecer a los conciertos de los artistas un toque personal y casi privado, como si fuera nada más para un selecto grupo de personas, lo cual no fue el caso del evento del sábado, dado el impresionante número de asistentes que allí se registró.     
Fue a las 9:05 p.m., cuando de manera individual fueron entrando al escenario el guitarrista principal de la banda Jesse Triplett (una reciente adquisición del grupo), seguido por el bajista y uno de sus integrantes originales Will Turpin; le siguieron el baterista Johnny Rabb (nuevo elemento también), el guitarrista Dean Roland, hermano del líder y vocalista Ed Roland, quien fue el último en pisar el entarimado.
El constante cambio de guitarrista principal en la alineación de Collective Soul, de Ross Childress a Joel Kosche y ahora a Jesse Triplett, no es algo que haya afectado a la música de ellos, toda vez que el nuevo guitarrista de inmediato demostró su talento en las cuerdas con temas como “Heavy”, la tercer melodía de la velada, la cual empezó a sentar la nostalgia “grungera” de la noche.
Previo a que el grupo entrara en materia con los temas tan conocidos y solicitados de su repertorio, Collective Soul ofreció una probada del que será el nuevo álbum del grupo, el cual será lanzado en el 2015, según reveló Ed Roland, y que será el noveno disco de estudio que graban, desde el 2009 que lanzaron al mercado aquel disco con un conejo en su portada que simplemente se llamó “Collective Soul” (como también se llamó el de 1995, el segundo del grupo después de “Hints, Allegations and Things Left Unsaid”, su debut).
“Gracias por invitarnos a la fiesta y gracias por su paciencia con estos dos temas que son de nuestro nuevo álbum que vamos a sacar el año que entra”, dijo Ed Roland, momentos antes de despojarse de un saco para, añadió después, “ponerse más cómodo”, con pantalón de mezclilla y camiseta, como el resto de los integrantes.
Fue entonces que los asistentes emprendieron el viaje musical con joyas musicales de la banda tales como “Precious Declaration”, “December”, “Gel”, “Better Now”, “Compliment” y “Reunion”, ésta última una de tantas de la velada con las que Ed Roland hizo gala de sus predilección por tocar partes de las melodías con su guitarra acústica.
Los momentos culminantes del concierto fueron sin duda aquellos en los que el grupo interpretó sus consagrados éxitos como “The World I Know”, la cual fue coreada por todo el recinto, y “Shine”, el inolvidable primer sencillo triunfal de la banda.
“Where the River Flows” no dejó que el ánimo en el recinto decayera ni por un segundo. Después, la interpretación de “Hollywood” fue otro instante culminante del evento, ya que fue cuando el baterista Johnny Rabb aprovechó para ofrecer un impresionante solo de batería que prendió a los asistentes aún más.
Todavía en el inter de “Hollywood”, el grupo aprovechó para hacer de nuevo que el público coreara una parte de “Let My Love Open the Door”, de Pete Townshend, de la legendaria banda de rock “The Who”.
Un momento sin duda memorable en cuanto a conciertos se refiere, se dio cuando en medio de la interpretación de un tema nuevo, Ed Roland sorprendió a los asistentes tocando su guitarra acústica, abajo del escenario y en medio el público, en lo que fue un momento que los presentes aprovecharon para tomarse fotos con sus teléfonos con el vocalista, una instantánea para atesorar por días venideros.
Pero como todo lo bueno tiene qué terminar, el concierto llegó a su fin con otra de las solicitadas baladas de la banda, como lo es “Run”, con la cual todos los integrantes se fueron despidiendo de la misma forma en la que entraron, hasta quedar nada más Ed Roland con su guitarra acústica cantando y el público coreando, aún cuando el entarimado ya lucía desértico, más la melodía todavía se escuchaba en el lugar, como un fantasma que se rehúsa a irse.
A manera de epílogo, Ed Roland regresó al escenario y como regalo para los asistentes, en especial para algunos que él señaló de la parte más cercana al entarimado, ofreció una interpretación muy acústica, él a solas con su guitarra, de “Adored”, no sin antes revelar que era la primera vez que él hacía algo como eso en un concierto.

Wednesday, June 4, 2014

‘Godzilla’: Cuando la Naturaleza recurre a la destrucción para salvar al planeta



Por Igmar P. / Café Cinéfilo

La Sinopsis: Un equipo de soldados de la Marina estadounidense liderados por un científico japonés se enfrascan en una carrera contra el tiempo y contra la Naturaleza misma, cuando debido a la intervención irresponsable del ser humano por años, monstruos como “Godzilla”, un gigantesco y poderoso reptil que destruye todo a su paso, despiertan de las profundidades de la Tierra y amenazan con dejar al planeta entero convertido en ruinas.
Póster en español de "Godzilla"
Joe Brody (Bryan Cranston), un ingeniero estadounidense que trabaja en una planta nuclear en una ciudad japonesa, descubre actividad sísmica justo en el área donde se ubica esa planta, por lo que de inmediato manda un equipo de investigación, encabezado por su propia esposa y colega Sandra (Juliette Binoche), a explorar el subsuelo del complejo,
En ese momento un fuerte y devastador temblor cimbra toda la planta y ocasiona graves daños que amenazan con provocar un catastrófico derrame nuclear que podría cobrar miles de vidas, por lo que Brody se ve obligado a clausurar todos los túneles que conducen a las áreas inferiores, sacrificando a su esposa en el proceso.
Devastado emocionalmente por la muerte de su esposa, Brody continúa con su investigación y pronto descubre que el sismo que acabó con la planta nuclear no fue un temblor cualquiera, sino una inusual actividad subterránea que sigue un patrón, como si tuviera vida propia.
Varios años después, el hijo de Joe, Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson), un joven soldado de la Marina estadounidense, llega a su casa en una ciudad de Estados Unidos luego de cumplir con sus obligaciones militares, cuando se ve obligado de nueva cuenta a viajar fuera del país, a Japón, donde su padre ha sido detenido por haber ingresado ilegalmente al área de la planta nuclear cerrada, la cual está declarada en cuarentena.
Al sacar de la cárcel a su padre, Ford se percata de que su padre sigue obsesionado con descubrir las causas de aquel misterioso sismo. Tras largos esfuerzos Joe logra convencer a Ford ir de nuevo a la zona restringida.
Una vez ahí, ambos descubren que el gobierno de Japón, en conjunto con los de otros países han estado encubriendo una verdad tan aterradora como cualquier amenaza nuclear: Los supuestos temblores no son otra cosa que la actividad de prehistóricos monstruos gigantescos que ahora han despertado, debido a detonaciones nucleares que han realizado países como Estados Unidos y Rusia a lo largo de los años.         

La crítica: A diferencia de la decepcionante “Godzilla” (1998), de Roland Emmerich (“Día de la Independencia”), este “Godzilla”, de Gareth Edwards, sí es un completo triunfo cinematográfico en lo que a películas de entretenimiento puro se refiere.
Otro póster en español de "Godzilla"
Varias cosas favorecen ahora a esta más reciente versión que podría considerarse como un “reboot”, aunque conserva muchos elementos de las clásicas películas japonesas de Godzilla, y uno de sus aciertos es la manera en que se va creando el suspenso a partir de las primeras secuencias hasta llegar casi a la mitad del filme.
Así como Steven Spielberg lo hiciera con la estupenda “Tiburón” (“Jaws”, 1975), Gareth Edwards no tiene apuro en mostrarnos al temerario Godzilla, por el contrario nos da atisbos llenos de excelentes efectos visuales y de sonido que van incrementando el suspenso y como espectadores nos mantenemos como rehenes aferrados a nuestras butacas en espera de que haga su aparición triunfal el gigantesco reptil.
Gareth Edwards, quien dirigió la excelente película de ciencia ficción “Monstruos” (“Monsters”, 2010), sí sabe, valga la redundancia, de monstruos y la prueba está en la forma en que los presenta en este filme, en todo su esplendor y haciendo uso sin reservas de toda su naturaleza devastadora, sin importarles su entorno.
Godzilla, por ejemplo, se muestra majestuoso e imponente con un rugido ensordecedor e intimidante. Su cuerpo escamoso, con sus piernas gordas y grandes crestas en la espalda, permanece fiel a más no poder al Godzilla de las clásicas películas japonesas y, al mismo tiempo, ayudado por la tecnología cinematográfica actual, se muestra en la pantalla con un realismo que en momentos asusta a la vez que asombra.
La trama contiene también drama humano aunque en dosis medidas, con el desarrollo de los personajes como el soldado Ford y su familia, el científico Ishiro Serizawa (Ken Watanabe) y su convincente preocupación por atender la amenaza de Godzilla pero sin dañar al planeta en el proceso, más de lo que la Humanidad ya lo ha dañado con el paso de los años.
Aunque obviamente las escenas con Godzilla es lo que más se anticipa de este filme, desde que inicia, el elemento humano se desarrolla de tal manera que no se siente tanto como simple relleno.
Esta versión de “Godzilla” trae consigo un ingenioso giro argumental que no quisiera revelar, aunque otros comentaristas de cine puede que ya lo hayan revelado en sus respectivas críticas. Más que nada lo omito porque provoca una agradable sorpresa en el espectador y es, precisamente, otro de los aciertos de Edwards para esta bien lograda versión, que puede al mismo tiempo satisfacer a amantes de la mitología de Godzilla, así como cautivar a una nueva generación de seguidores.           

Calificación: ***

Reparto principal y ficha técnica
Título: “Godzilla”
Dirección: Gareth Edwards
Guión: Max Borenstein y Dave Callaham
País: Estados Unidos / Japón
Año: 2014
Género: Aventuras / Ciencia Ficción 
Elenco: Aaron Taylor-Johnson, Ken Watanabe, Sally Hawkins, Elizabeth Olsen y David Strathairn
Clasificación: Para mayores de 13 años de edad
Duración: 2 horas