Wednesday, November 11, 2015

Tierra de Nadie, Sicario: En la lucha contra las drogas, la línea entre el bien y el mal se vuelve borrosa


Por Igmar P. / Café Cinéfilo
La sinopsis. Una novata agente del FBI, apegada a las reglas, se ve sumergida en la guerra contra las drogas, cuando un caso que ella investigaba la lleva a colaborar con una fuerza ínter-agencias, determinada a darle un fuerte golpe a un peligroso cártel mexicano de narcotraficantes, que ha logrado irrumpir en territorio estadounidense, en “Tierra de Nadie: Sicario”.
Póster en español de 'Sicario'
Al efectuar una redada en una casa de un narcotraficante en un suburbio cerca de Phoenix, Arizona, en el que se registra un tiroteo, agentes del Buró Federal de Investigaciones, el FBI, hacen el macabro descubrimiento de más de 40 cadáveres escondidos detrás de las paredes del inmueble, víctimas de la sangrienta lucha por las drogas de los cárteles.
Pero no todo termina ahí: Una bomba en un cuarto en el patio explota cobrando bajas en los agentes federales. La casa es propiedad de Manuel Díaz (Bernardo Saracino), un narcotraficante que la agente del FBI Kate Macer (Emily Blunt), ha estado investigando por meses.
Luego de este incidente, los superiores de la agente Macer tienen una reunión con un enigmático agente federal llamado Matt Graver (Josh Brolin), quien está interesado en formar una fuerza especial ínter-agencias, con el FBI como participante, para darle un severo golpe a la organización criminal a la que forma parte Manuel Díaz.
Graver invita a Macer a participar en esta fuerza. “¿Vamos a ir tras los responsables de este crimen?”, cuestiona ella. “Los verdaderos responsables”, es lo único que le responde Graver. Horas después, la fuerza especial viaja hasta El Paso, Texas.
Pero a partir de ahí la misión se empieza a desenvolver en claroscuros en cuanto a procedimientos de impartir las leyes se refiere. Es hasta que están en El Paso que Macer, por ejemplo, descubre que Graver es un elemento de la Agencia Central de Investigaciones, la CIA, y que en realidad la fuerza especial pretende cruzar la frontera a Juárez, en una época en que la lucha entre narcotraficantes en territorio mexicano pasaba por su momento más sangriento.
Pero eso no es todo. Graver trabaja de forma muy estrecha con un oscuro personaje al que sólo llama Alejandro (Benicio Del Toro), un hombre latino que no habla mucho pero que claramente es un experimentado investigador, y quien Graver está utilizando como asesor principal para esta misión. Pero Macer no puede tener en claro si Alejandro es otro agente de la CIA, si es un informante de los cárteles o si tan siquiera es estadounidense.
Conforme avanza la misión, el idealismo de Macer y su determinación por obedecer las reglas se ve desafiada por la forma en que los elementos policiales estadounidenses se han visto obligados a descartar procedimientos y a tomar atajos, con tal de obtener resultados en la siempre caótica y violenta guerra contra las drogas.
La critica. Cargada de tensión de principio a fin, “Tierra de Nadie: Sicario” es un drama policiaco bastante bueno, con fuertes dosis de suspenso (y hasta en cierta forma de terror), que de manera audaz cuestiona cómo la lucha contra las drogas está cambiando la forma de la impartición de la justicia en el mundo, en lo referente a lidiar con el narcotráfico.
Denis Villeneuve, director canadiense de otro buen drama policiaco que es “Intriga” (“Prisoners”, 2013), ahora aborda el tema de la batalla contra las drogas en la actualidad, el cual en el cine ya ha visto su porción de tratamientos, con cintas como la estadounidense “Tráfico”, o la mexicana “El Infierno”, entre muchas otras, pero ahora con una visión más intransigente, sin glorificar ni a los criminales, ni mucho menos a los elementos policiales.
Otro póster de 'Tierra de Nadie: Sicario'
El filme fue recibido con cierta polémica en particular en Ciudad Juárez, México, en donde autoridades reprobaron la forma en que la ciudad es mostrada. Pero tales instancias perdieron de vista el punto que Villeneuve quiere hacer con su película: No importa tanto el lugar donde están ocurriendo los hechos, lo que realmente importa son sus participantes y las acciones que están realizando en la cinta.
“Sicario” también cuestiona la necesidad de seguir con una guerra que tal parece que ahora su objetivo ya no es erradicar el consumo de las drogas, sino más bien controlar su trafico. ¿Acaso las autoridades policiacas, no solo de México, sino las de Estados Unidos también, ya perdieron la fe en algún día lograr acabar con la venta y el consumo de las drogas y ahora se conforman con sólo controlar su flujo y mercado? ¿Acaso ya no queda de otra más que resignarse al menos peor de dos males?
Tales preguntas son las que el filme está más interesado en abordar, independientemente de si se muestra a Juárez con cadáveres colgados de puentes (incidentes criminales como ese sí ocurrieron, según lo registró la prensa de esa ciudad por un tiempo). Después de todo, la primer escena y probablemente la más atroz, la del descubrimiento de los 42 cuerpos, ocurre en una ciudad en Arizona, muy adentro de Estados Unidos, un país que a veces se jacta de resolver homicidios con avanzados recursos y técnicas policiales. ¿Cómo es que tal incidente pudo ocurrir ahí, pues? Cuestiona Villeneuve con su filme. La batalla contra las drogas y sus consecuencias es como un lobo que a veces merodea amenazante cerca de nuestro tranquilo gallinero, y nos revienta nuestra burbuja de feliz ignorancia, parece sugerir “Sicario”.
Pero haciendo a un lado toda la polémica, “Tierra de Nadie: Sicario” es en realidad una muy buena película. Un guión afilado escrito por Taylor Sheridan y una dirección brillante de Villeneuve que logra explotar al máximo sus personajes. En particular el de Benicio Del Toro, un Alejandro de quien en todo momento queremos saber más, y de quien recibimos sólo atisbos de su pasado.
Estás preguntado cómo funciona un reloj”, le dice Alejandro (Del Toro) a Macer (Emily Blunt) en una escena cuando ella le pregunta sobre él y lo que hace. “Por lo pronto sólo enfócate en que (el reloj) dice la hora”.
Del Toro está genial como Alejandro. Su actuación merece reconocimientos sino es que premios cinematográficos, aunque dudo que por su controversial tema “Sicario” pueda ser bien recibida por las instancias fílmicas que entregan premios. Aunque ahora que recuerdo, Del Toro ya ganó un Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, por una película también sobre la lucha contra las drogas: “Tráfico”, de Steven Soderbergh.
Los demás actores no están de relleno para nada: Josh Brolin, Daniel Kaluuya y desde luego, Emily Blunt, todos aportan imprescindibles contribuciones al filme, más que nada Blunt, quien su personaje de Macer funge en cierta forma como nuestra conciencia a través del filme, pero que al mismo tiempo, nos hace pensar que si varias acciones en la cinta son moralmente cuestionables, al final de cuentas son un mal necesario.
“Sicario” tiene violencia, sí, pero Villeneuve no la celebra. Por el contrario se ve cruda y a veces barbárica, pero sin caer en lo morboso. Los balazos son estridentes. En otros momentos el filme por ejemplo muestra la vida familiar y “normal” de un personaje, escenas antes de que esta persona sea asesinada repentinamente de un tiro.
La música del compositor Johann Johansson es elemental para contribuir a una creciente atmósfera de suspenso, que nunca se aminora en toda la cinta. Una secuencia de escenas en particular, cuando los agentes federales estadounidenses viajan en una veloz caravana de vehículos negros con ventanillas polarizadas hacia Ciudad Juárez, y al cruzar la frontera son escoltados en todo el trayecto por un convoy de camionetas de la Policía Federal mexicana, es ambientada por una música de Johansson que eleva el tono del filme hasta película de terror.
En un momento de esa secuencia, unas camionetas de los federales mexicanos pasan a toda prisa por unos baches y hasta eso es capaz de arrancar un que otro susto de los espectadores. Villeneuve no desperdicia para nada toda esa parte de la película, ya que la odisea culmina con una claustrofóbica secuencia en un puente internacional, de la que no quiero revelar más, sólo que me recordó una memorable secuencia climática de la película “Fuego contra Fuego” (“Heat”), de Michael Mann.
Cabe mencionar que aunque “Sicario”obviamente sí uso tomas pasajeras de Ciudad Juárez (en un momento de la cinta se aprecia claramente el cerro con la leyenda de “La Biblia es la verdad...”), la película no se filmó en Juárez. En sus créditos finales claramente se especifica que fue filmada en Albuquerque, Nuevo México y en El Paso, Texas.
“Tierra de Nadie: Sicario” sin duda es una película que con el tiempo va a ingresar al museo de obras cinematográficas sobre el tema de la lucha contra el crimen organizado, como “Los Intocables”, de Brian De Palma, o “Contacto en Francia”, de William Friedkin, si no por otra cosa, por la forma audaz y sin compromisos en que abordó el tema de la batalla contra las drogas.
Calificación: * * * 1/2

Reparto principal y ficha técnica
Título: 'Tierra de Nadie: Sicario' ('Sicario')
Dirección: Denis Villeneuve
Guión: Taylor Sheridan
País: Estados Unidos
Año: 2015
Género: Drama policiaco / Suspenso
Elenco: Emily Blunt, Josh Brolin, Benicio Del Toro, Daniel Kaluuya, Maximiliano Hernández y Victor Garber
Clasificación: Para mayores de 13 años de edad
Duración: 2 horas
Póster en inglés de 'Tierra de Nadie: Sicario'
 

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